MI PUEBLO
Se está nublando mi sueño,
mi pueblo se está quebrando.
Mis versos no tienen fe
para poder sustentarlo.
Se están perdiendo sus calles,
mis huellas se están borrando,
y no tengo más caminos
ni más recuerdos guardados.
Se está apagando su gente
en la ilusión y en el ánimo.
Y a mi me duele su pena,
y a mi me mata su llanto;
y a mi me falta la vida
que el agua se va llevando.
Parece una pesadilla
que durara demasiado.
Parece un sueño sin fin,
hecho de sombras de grajos.
Parece un traje de novia
destrozado y hecho arapos…
Mi pueblo se vuelve viejo
de quererlo y apretarlo.
Mi pueblo se está muriendo
volviendo al barro su barro.
Y está preciso de oír
y que le ofrezcan la mano…
¿ Dónde esta la voz de Dios,
aquella que le habló a Lázaro,
la que le dio fuerza y vida
para seguir caminando.
Dónde está que no se oye
y es preciso salvarlo?
Belerdeños, gentes nobles
y humildes en cuanto a humanos.
Inclinemos la cabeza
pero nunca arrodillados,
y pidamos nos devuelvan
lo que el agua nos ha robado.
Belerda, febrero, 2010 José Martinez
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